La castidad

Ser casto es vivir el amor sin egoísmo.
También, el Catecismo de la Iglesia Católica, nos dice acerca de la castidad: La castidad significa la integración lograda de la sexualidad en la persona, y por ello en la unidad interior del hombre en su ser corporal y espiritual.
Ser casto o casta, es lograr que toda nuestra persona: inteligencia, voluntad, afectos y cuerpo estén dominados por nosotros mismos, como el director de una banda municipal controla desde el centro de la misma, a todos y cada uno de los instrumentos que han de generar una hermosa melodía. En el caso de la persona humana, hombre o mujer, es integrar su sexualidad, femenina o masculina, ser dueño de sí mismo: conocer su cuerpo, sus sentimientos, sus tendencias sexuales, sus capacidades de pensar, de amar y de decidir, y que es responsable de todo su actuar. Ser casto NO significa :
1• No sentir a tracción hacia otra persona del otro sexo diferente al cónyuge, sino saber hacerlas a un lado voluntariamente.
 2• No tener sentimientos hacia otras personas, sino saber dominar dichos sentimientos, y no ser dominado por ellos.
 3• No dejarse llevar por emociones o deseos sexuales hacia otra persona que no sea el propio cónyuge, teniendo dominio de sí y procurando evitarlos.
4• No tener malos pensamientos, sino saber quitarlos de nuestra mente y no deleitarse con ellos.
5• El hombre o mujer valiente no es el que no siente miedo, sino el que, al sentirlo, lo vence y no se deja vencer por él.
6• El hombre o la mujer casto no es el que no siente los impulsos de su tendencia sexual, sino el que, al sentirlos, los domina. No se esclaviza a ellos, sino que se hace amo de ellos responsablemente.

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