viernes, 17 de marzo de 2017

Mi Esposa Lourdes

Mi Esposa Lourdes


Relato de ficción basado en una historia real.

Capitulo I

Recuerdo que esa tarde estaba en el patio de nuestra casa tendiendo la ropa que acababa de lavar, básicamente la ropa de mi esposa Lourdes, pues la mía la lavaba casi siempre donde su madre, mi suegra, a quien le tengo un gran cariño, pues ella es quien pasa la mayor parte del tiempo conmigo y me ayuda mucho con mis labores. Sentí el llamado de Lourdes y de inmediato acudí a su habitación, sí, su habitación, aquella que solía ser la nuestra, aquella en la cual conocí el sexo por primera vez en mi vida, ya que mi esposa ha sido la primera, única y última mujer con la que he estado, pues hace un tiempo que no me permite tener algún tipo de contacto de tipo sexual, lo cual no me parece que esté mal, ya que me ha dicho que es mejor que yo no tenga orgasmos pues hace bien a nuestra relación marital. Sigo siendo su esposo y nos queremos pero ella ha decidido que por el bien de los dos es mejor que mi pequeño pene éste siempre guardado de cualquier tentación y a salvo de orgasmos y erecciones en una jaula de castidad de la cual ella conserva las llaves y me permite salir muy pocas veces. El motivo de su llamado era porque había contactado con la persona que maneja un blog de Control de Castidad para ayudarme a permanecer de esta forma y recibir orientación para nuestro matrimonio. Allí le informaron que una de las formas en que podríamos llevar mejor nuestra forma de vida es un curso de empleada del hogar que tenían allí y Lourdes me inscribió en él para que dedicara unos minutos diarios para aprender todo lo relacionado con el cuidado del hogar. Un buen regalo de mi esposa, ya que el acceso a este curso es restringido y solo se puede entrar por invitación expresa del blog de Control de Castidad y me ayudará bastante para que ella esté feliz y yo pueda hacer mis labores ahorrando un poco de tiempo y tal vez tener algunas horas libres para regresar al club de tenis al que no he vuelto, pues mi esposa me dice que debo dedicarme a las labores del hogar y no debo desperdiciar mi tiempo con mis amigos.

Quiero contarles como comenzó toda esta historia, hace un tiempo yo tenía mi empleo y Lourdes también tenía el suyo. Yo no ganaba tanto dinero para mantener nuestro hogar y Lourdes me ayudaba con los gastos pues ella ganaba más dinero que yo. En ese entonces debido a que no nos alcanzaba el tiempo para mantener la casa en buen estado, las labores del hogar las cubríamos con una empleada que pagaba Lourdes de su dinero. No tenemos hijos y mi suegra Dolors nos ayudaba con la supervisión de la criada mientras nosotros estábamos trabajando, ella había enviudado hacía poco tiempo y permanecía sola en su casa, por lo que nos visitaba constantemente en la nuestra, teniendo bastante influencia en las decisiones de Lourdes sobre nuestro hogar, algo que de ninguna manera me molestaba pues siempre me he dejado llevar por mi esposa en casi todo lo que corresponde a nuestro matrimonio. Dolors es una enfermera ya retirada y como dije ahora vivía sola en su casa, es una mujer muy dulce y cariñosa, casi como una madre para mí.

Yo soy una persona tímida y con un carácter débil, al contrario de Lourdes quien es bastante dominante en el sentido de tomar ella las decisiones en casi todo. De esta manera no teníamos demasiados disgustos, pues yo estaba conforme con tener poca responsabilidad en lo que se refiere al manejo del hogar e incluso en el dormitorio me dejaba llevar por sus caprichos y gustos.

Los grandes cambios que han ocurrido en nuestro matrimonio comenzaron cuando yo fui despedido de mi trabajo y me ví enfrentado a la posibilidad de tener que depender, ahora sí totalmente, de las decisiones de Lourdes, quien al principio de esta situación me alentó a buscar un nuevo empleo, pero con el pasar de los días, fue haciendo algunas modificaciones a nuestro diario vivir. El primero de ellos fue despedir a la criada y asignarme algunas tareas en la casa pues yo tenía tiempo suficiente para mantener nuestra casa limpia y ordenada para lo cual le pidió a Dolors que me enseñara a hacer todo lo que hacía la criada. Día a día aprendía alguna labor nueva, y día a día tenía menos tiempo para hacer las cosas que me gustan, una de ellas, la que más disfrutaba, ir al club de tenis con mis amigos.

La inscripción en el curso de empleadas del hogar me abrió una nueva oportunidad de tener un poco de tiempo libre y la esperanza de poder regresar con mis amigos al club.

Continuará...
Redactado por Andy.

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