Cuando conocí a mi novio nunca esperábamos que llegaríamos a tener una
relación de esta manera, al principio éramos una pareja normal, nos
conocimos en una fiesta de unos amigos en común y cuando lo ví, le pedí
que fuéramos a bailar, y me sorprendió que en la pista de baile se dejó
llevar por mí, desde ese momento comprendí que podría llegar a tener una
relación especial con Luis, sus ojos me dijeron que le gustaba que lo
guiara y más tarde al salir de la fiesta fuimos a una discoteca para
continuar con una preciosa noche en la que terminamos en su apartamento
en una deliciosa noche de sexo. Seguimos saliendo a comer, a cine y
básicamente yo era quien decidía el plan de cada noche. No era algo
acordado, pero él me cedía la iniciativa en la mayoría de las
decisiones, simplemente aceptaba que yo fuera quien las tomara. Esto
nunca me molestó, vivíamos felices así y después de un año fuimos a
vivir juntos, alquilamos un buen apartamento en un exclusivo sector de
la ciudad y comenzamos una nueva vida construyendo una relación sólida.
Nuestros trabajos nos permitirán tener ciertos lujos y nos gustaba
viajar mucho, pero también por nuestras vidas laborales fuimos
abandonando un poco nuestra vida sexual, no era tan intensa como antes,
cada vez nuestros encuentros amorosos eran más lejanos, hará creí que él
me estaba engañando y un par de veces le hice reclamos por esta
situación, me juró que no era así y que me amaba, culpó de la situación
al estrés del trabajo. Tratamos de mejorar este aspecto, pero unos meses
después volvimos a caer en lo mismo, hasta que una noche entré en el
estudio de nuestro apartamento, donde supuestamente estaba terminando
unos informes de trabajo, para llevarle algo de comer y lo descubrí con
su mano acariciando su pene mirando una página de pornografía en la
computadora, sentí que ya no me quería y prefería masturbarse a tener
sexo conmigo, me enojé muchísimo y dejé de hablarle por una semana,
incluso llegué a plantearle a una de mis mejores amigas que quería
separarme de él, pero Clara, mi amiga me recomendó algo que me dejó
perpleja, una solución que nunca se me hubiera ocurrido, controlar su
hábito de masturbarse para salvar nuestro matrimonio. Yo no tenía ni
idea de cómo podría lograr eso y me recomendó algo que yo creía que era
un mito, un artefacto que era utilizado en la edad media para evitar la
infidelidad de las esposas de los militares mientras estaban fuera de
casa luchando en la guerra. Al oír el nombre del aparato ese, sentí un
escalofrío, no podía creer que eso existiera en la actualidad y menos
aún que alguien pudiera fabricar masivamente tal instrumento de tortura.
Pues Clara me mostró en varias páginas de internet algunos estilos e
incluso relatos de gente real que le daban un uso a un cinturón de
castidad moderno, de hecho siempre pensé que eso se había inventado para
que lo usaran las mujeres, pero había una gran cantidad de modelos para
controlar el sexo de los hombres.
Decidida
a recobrar nuestra relación y darle un nuevo aire a nuestra vida
sexual, le planteé a Luis que si quería continuar a mi lado debíamos
controlar sus hábitos manuales, sorprendido por lo que le estaba
diciendo me dijo que no quería perderme y que estaba dispuesto a salvar
nuestra relación, estaba muy apenado por lo que había estado hacia mis
espaldas y me dijo que aceptaba lo que yo quisiera para que me quedara a
su lado. Entonces le dije que no podría volver a masturbarse o tendría
que tomar medidas estrictas aunque no le hablé del cinturón de castidad.
Clara me habló también de un blog en el que ayudan a mujeres en mi
situación y entonces me inscribí en él puesto que sólo se puede acceder
por invitación y es sólo para mujeres. Recibí muchos consejos y puse una
cámara oculta en el estudio para vigilar a Luis mientras estaba solo en
casa. Las dos primeras semanas de nuestra nueva relación fueron llenas
de buen sexo y se volvió muy atento, pero luego volvimos a caer en el
abandono paulatino de nuestra vida sexual. Revisé las grabaciones de la
cámara y lo descubrí de nuevo jugando con sus manos. Me enojé mucho y en
el blog me dieron varios consejos para lograr remediar la situación,
con la ayuda de Clara y el blog de castidad para mujeres encargué una
jaula de castidad metálica de la cual era imposible escapar ni tocarse.
Una vez recibí el pedido de la jaula, pedí la ayuda de las mujeres del
blog para encerrar el pene de Luis sin que fuera algo demasiado
traumático para ninguno de los dos.
Con
la jaula en mi poder y un poco de mi encanto femenino, una noche le
propuse algunos juegos a los que Luis no se negó, lo até de manos y pies
a la cama y su erección me dijo que esto lo gustaba, él estaba
sorprendido cuando comencé a tomar su pene con mi mano y luego lo llevé
lentamente a mi boca, le pedí que aguantara sin correrse hasta que yo le
dijera, se dejó hacer y mi sexo llegó a su boca recibiendo el placer de
su lengua por un muy largo rato, tuve varios orgasmos y Luis me reclamó
que él también quería tener el suyo, entonces destapé mi primera carta y
le mostré el vídeo de la cámara del estudio, su cara de vergüenza lo
dijo todo, lo tenía en mis manos, en ese momento le dije que estaba muy
decepcionada por su engaño y le recordé lo que le dije algunas semanas
atrás, tendría que tomar medidas extremas para salvar nuestra relación.
Atado como estaba le mostré mi nuevo juguetito y sus ojos se abrieron
como queriendo salirse, entonces comencé lentamente a poner el anillo
rodeando sus testículos luego de poner bastante lubricante, con algo de
dificultad y bastante hielo logré bajar su gran erección para poder
poner la jaula en su lugar para cerrarla con la llave especial, pues el
modelo que me recomendaron en el blog no lleva un candado sino un
sistema que resulta imposible de desbloquear sin la llave que de ahora
en adelante iría colgando de una cadenita en medio de mis senos. Le
expliqué a Luis que de esa manera nuestro amor tendría algún futuro,
pues de ahora en adelante yo controlaría sus orgasmos y hasta su
erecciones, nunca volverás a masturbarte sin mi permiso, le dije, trató
de protestar pero le advertí que era esa la única forma de que me
quedaría a su lado. A regañadientes terminó por aceptar mi control.
La
primera semana lo desbloqueé cada noche y tuvimos sexo como nunca, y de
nuevo a la jaula, aunque me dijo varias veces que eso no sería
necesario, que ya había aprendido la lección, pero según las
recomendaciones del blog, no debía ceder a sus súplicas y seguir
adelante con el control de su castidad.
Paulatinamente
fui espaciando sus orgasmos y multiplicando los míos, esto del control
me comenzó a gustar mucho, había mejorado nuestra relación y yo tenía
más orgasmos que nunca, Luis se volvió más atento y poco a poco dejó de
protestar por la jaula, se acostumbró a su uso y mi control, me ayudaba
cada vez más en las labores en el apartamento y prácticamente no me
dejaba ni cocinar.
Hace
poco del blog salió una iniciativa de un reto para mantener en castidad a
nuestros hombres durante un mes hasta el día después del día de San
Valentín, por lo que decidí que Luis entraría a ser parte de aquel reto,
lo aceptó Y hoy cuando llegó el día en que por fin podría tener su
ansiado orgasmo arruinado, que es de la única forma en que le permito
correrse, en el blog de mujeres decidimos que se ampliaba el plazo y no
sería el 15 de febrero la fecha de la liberación, cuando se lo anuncié
sintió que el mundo se venía abajo y así me lo hizo saber, entonces le
dije que en cuanto decidiéramos la nueva fecha se lo haría saber. Quiero
aclarar que no es que Luis no se haya ganado el derecho a su orgasmo
arruinado, es solo que nos gusta la forma en que los hombres se vuelven
más atentos cuando no se corren y creo que la decisión que tomaremos
será tenerlos en castidad hasta el día 18 de marzo que es el día de los
castos. Por lo tanto creo que tendré un mes de muchos orgasmos para mí y
ninguno para Luis. Clara también tiene a su marido en castidad y como
ella muchas mujeres en el blog están de acuerdo en que esa sea la nueva
fecha de liberación.
Será una pequeña sorpresa para Luis, además ya jugó bastante con su mano y creo que me merezco un mes más de atención.
AndyG
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