domingo, 19 de febrero de 2017

Motivos para seguir usando una jaula de castidad.

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 Aportación para el blog.
He estado llevando un dispositivo de castidad masculina durante más de tres años con sólo unas pocas pausas. No me he masturbado en más de tres años.
Como bien contáis en vuestro blog el dispositivo de castidad no es necesario para hacer cumplir con un control de castidad en pareja. 
Durante los últimos meses, mi esposa me insistió en que quería que dejara de usarla por completo. Yo no quería hacer eso. Ahora, quiero compartir con vuestros lectores los motivos para seguir usando jaula de castidad. 
Antes de nada debo aclarar que mi aportación es solo mi opinión personal, no es ni un manual o ni una receta de nada. Aquí creo que todos somos adultos y libres para hacer lo que nos plazca y cada cual que lo haga a su manera. Lo que me sirve a mi no pretendo que le sirva a nadie.
Para mí llevar una jaula es importante, casí adictivo, no sé cómo explicarlo. De alguna manera es un simbolo de mi castidad. Para mí es mi anillo de bodas. Por exigencia de mi esposa no uso candado, y uso una brida de plástico que se puede romper con falicidad. Ella quería que se pudiera quitar facilmente sin usar ninguna llave. Le expliqué a mi esposa mi deseo seguir llevándola, pues para mí es una prueba física, de mi rendición a tener orgasmos. Mental es cuando no llevo jaula pero no es lo mismo. Hay más razones... muchas más...
Os explico yo llevo un dispositivo que se me acopla. El pene está siempre en contacto con los lados y el extremo de la jaula. Está dimensionado de modo que ni estando sumergido en agua fría, la jaula todavía toca por todas partes. Se ajusta como un guante de acero inoxidable. Puedo orinar cómodamente sin salpicar. Es completamente cómoda de usar, no orino sentado. Y, es absolutamente eficaz. Muchas personas asumen que el propósito de este dispositivo es poner el pene en una especie de cárcel a prueba de escape que me impida cualquier actividad sexual. La masturbación típica de un hombre es imposible. Es; al menos para mi. ¿A prueba de escape? No en realidad no, yo podría romper con extrema facilidad la brida de plástico, sin tener que acudir a los servicios de emergencias o bomberos. No necesito un alto nivel de seguridad. No soy un pajillero frenético que sólo piensa en hacer trampa. Ya no soy un jovencito, y a mi edad no tengo ningún problema, soy perfectamente capaz de controlarme sin usar ninguna jaula. A pesar de que el propósito principal, y declarado del dispositivo de la castidad es prevenir el sexo, ese no es él que más me motiva a llevar una jaula. Con la jaula yo soy absolutamente incapaz de conseguir una erección completa. Sí, el pene puede intentar ponerse duro. No me duele cuando esto pasa. Pero el acero duro no permite la expansión en longitud o en grosor. La tensión del pene contra las barras deja marcas en la cabeza del pene. Pero la erección no puede suceder. En estos años de control de mi castidad, el cinturón me han "obligado" a valorar otras opciones sexuales. No es diferente a lo que le pasa a alguien que pierde la capacidad de ver, caminar, etc. Los sonidos, el olfato y el tacto se vuelven más intensos. Resulta que algo similar sucede cuando los orgasmos se vuelven raros o inexistentes. Las erecciones son ahora eventos muy apreciados. Sólo que mi esposa me permita tener la sensación de mi polla erecta sobre mi abdomen es una sensación embriagadora e increíble. Me encanta. Después de sólo un día en la jaula, la alegría de poder sentir una erección es algo que anhelo sentir. Las esperas más largas hacen que sea aún más excitante cuando las manos de mi señora liberan a mi pene dormido. Con solo molestarlo un poco ya es suficiente para que reaccione y lentamente llega a su tamaño completo es increíble. A veces roza ligeramente con la mano y ya se pone fláccida. Entonces ella con un oral, responde rápidamente, casi lanzando a la erección completa en cuestión de segundos. ¡Que sentimiento! 
No es lo mismo estar desbloqueado que si estoy encerrado por más de un par de días y luego me desbloquea. 
El pene tiene que ser molestado y convencido de que ella quiere que crezca. A veces puede tardar unos minutos. Pero acariciando, la erección siempre regresa con fuerza. Tal vez os resulte sorprendente pero para mi el estar encerrado me da más placer que tener una eyaculación, disfruto más con la atención que recibe mi pene y la sorpresa siempre inesperada que me hace disfrutar sencillamente de tener una erección fuerte y dura. El recibir la estimulación de forma suave y repetidamente y luego simplente dejar que descanse y se encoja ya es un placer y no tener mi orgasmo no me preocupa. Me preocupan más los de ella. A veces ella consigue hacerlo crecer simplemente soplando. A mi señora a veces también le gusta dando jalones con la mano. 
Sé que todos los hombres sanos experimentan erecciones nocturnas. El pene se pone duro por sí solo durante un tiempo y luego se vuelve flácido de nuevo. Esto sucede varias veces -normalmente 3-5, y la mayoría de las noches. Se dice que es la manera que tiene el cuerpo para mantener el equipo operativo. Con la jaula colocada, el cuerpo intenta que el pene se ponga erecto pero no puede. Esto no es peligroso, ni siquiera durante largos períodos. Pero tiene un efecto mental. Es casi como una provocación a distancia. Creo que el verdadero poder de mi dispositivo de castidad no es que me impida joder. Es que no puedo lograr una erección. Lo único que puede hacer mi pene es hacer pis. Ni siquiera puede fingir que va a tener relaciones sexuales.

1 comentario:

  1. Me parece correcto, los has expresado muy bien y coincido contigo

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