lunes, 13 de febrero de 2017

Mi control de castidad

Mi marido no tiene orgasmos en ruinas. Soy demasiado buena para él. En mi casa, él consigue sus orgasmos cuando siento que se los merece. Yo tengo tantos orgasmos como yo quiero ya a mi marido le encanta darme placer. Mi marido sabe que prefiero el sexo oral a la penetración. Él sabe que si yo quiero que me penetre, se lo voy a decir. Él ha aprendido a que no me tiene que preguntar si me puede penetrar pues sabe que mi respuesta siempre será no. También ha aprendido a pedir mi permiso para tener su propio orgasmo si yo le permito que me penetre. Cuando pregunta le hago esperar por lo menos 10 segundos dentro de mi para que él pueda tener su orgasmo. A veces tardo menos tiempo en constestar, y, a veces simplemente le digo que no quiero que se corra.
Me encanta el poder y el control. Soy dueña de mi marido y sus orgasmos también. Es un muy bueno cuando lo dejo caliente y no le dejó acabar.

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