lunes, 29 de agosto de 2016

Continuación del juego de la moneda.

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9 de agosto. Estoy disfrutando del hecho de que mi marido ha sido capaz de correrse un par de veces en las últimas semanas, ya que me hace sentir mejor sobre el tratamiento del silencio que le estoy dando ahora su pene. Me gusta ser un poco puta egoísta sobre el sexo, pero sólo si está acompañado por su necesidad y muchas ganas de correrse. Su esperanza de correrse le hace estar donde me gusta, donde puedo ser egoísta y él todavía tiene esperanzas de salirse con la suya. Cuando llegó a casa del trabajo, tuve que bajar sus pantalones hasta las rodillas para que pudiera ver a su polla caliente negada y se endurecía rápidamente mientras él me comía. También tuve poner sus manos detrás a la espalda, para que no me tapara mi vista de su erección. Era precioso, y lo ignoré. Vine en la cara de mi marido, y luego me puse encima de él para ir a cenar en la mesa. Él se dejó reposar por su cuenta y obtenubo el mismo conjunto, comprimir su pene de izquierda apretado en sus pantalones. Se quedó duro durante mucho tiempo, lo cual era agradable. De esa manera sé que sus bolas siguen hirviendo con el esperma acumulado. Más tarde tiramos la moneda, y salió otra cara.
10 de agosto, No puede mi coño todos los días. A todos nos gusta un poco de variedad de vez en cuando, así que cuando él llegó a casa del trabajo, le dije que después de cenar quería que me preparara un baño. Le dije que se pusiera los pantalones cortos de señora. Son cortos y obligan a meter su pene entre las piernas, y deja que sus bolas se asomen a traves de unos pequeños ojales a cada lado, así que cuando él está llevando los pantalones, se ve como si tuviera una vagina hinchada. Después de la cena, me afeitó el culo para dejarlo más suave, y dió forma a mi vello púbico dejando un triángulo de cierto espesor, antes que lo enjuagara con los chorros de agua hasta que llegué. Yo sé que él se preguntaba si iba poder dar a su pene alguna atención, pero teniendo en cuenta que ha tenido dos caras seguidas, y por lo tanto posiblemente podría conseguir un orgasmo, él ya tenía la suficiente excitación mental para mantenerse erecto sin que necesite ningún esfuerzo ni atención por mi parte. Tiramos y salió cruz. Muy mal, se puso muy triste. Cuando fuimos a la cama yo desnuda, sentí su erección desenfrenada intentando encontrado su camino entre las piernas. Se mantiene latiendo más duro periódicamente, empujando cerca de mis labios. Estoy segura de que estaba disfrutando de la libertad, ya que su nueva jaula de castidad todavía no había llegado. Le pregunté: "¿Sabes Te quiero, ¿verdad?", Y él respondió: "Por supuesto." Sostuve su mano mientras nos quedamos dormidos.
11 de agosto, cuando llegaba a casa del trabajo, ya estaba preparando la cena, y le pedí que estuviera listo para "comer". Cenamos, y luego nos retiramos a ver la T.V. empecé a hablar con él acerca de su fantasía cornuda, preguntándole si realmente era su fantasía, o si era mi fantasía que yo estaba proyectando sobre él. Dijo que estaba proyectando esta fantasía mia sobre él. Dijo esto, pero me di cuenta de lo difícil que era ponerme en su lugar de todos modos, sólo hablamos al respecto. Me senté a horcajadas sobre una de sus piernas, y sentía su tela gruesa entre mis piernas, ya que no llevaba pantalones cortos debajo de mi falda. Estaba rozando lentamente mi clítoris contra su pierna mientras hablamos más sobre lo sexy que sería que vuelva a casa toda llena de semen, mientras esperaba en casa llevando su jaula de castidad apretando dolorosamente a sus bolas. Estaba levantando mis pies arriba del suelo, dejando que mi peso apretara a mi clítoris aplastado entre mis huesos de la pelvis y el muslo. Me estaba frotando y sentí su erección a través del pantalón, fue una forma de burlarse de él, como me resistí más y más en la pierna. Yo estaba disfrutando de él, tanto de las burlas de sus genitales, y para estimular su mente. Cuando hablamos de que yo le pondría cuernos, nunca se sabe si alguna vez voy a llegar hasta el final. Regularmente le recuerdo que nuestros votos matrimoniales fueron escritos para impedir que él nunca tendría estas libertades sexuales que quería. En la boda nunca le prometí fidelidad. Él en cambio lo único que prometió fue fidelidad, y eso no fué por accidente. Él lo sabe. Aunque la gente no si dió cuenta. Establecimos que él no tiene derecho a restringir mis libertades sexuales de ninguna manera, pero sí tiene la obligación de someterse a mí a cualquier restricción que a mi me parezca. Esa fuenuestra promesa el uno al otro. Toda esta charla sucia, se hizo rozando en su pierna y besándolo. Y yo quería más. Me desabroché la blusa y colocado atrás, y él tomó el pezón, y succionó, poniéndome más caliente de nuevo. Esta vez se fué abajo, y me tiró del pelo hasta que hizo que me corra de nuevo. Esta vez, se dedicó a fondo. Me levanté para conseguir su moneda. Le añadí antes de tirar: "Y ni siquiera estoy realmente obligada a decirte si te pongo o no los cuernos." Tiré. Salió una cara. Si ayer no hubiera salido cara, habría podido tener un orgasmo normal por primera vez. Seguí la conversación y le dije que si lo ponía a él los cuernos y no tenía que decirle nada al respecto. Él lo sabría por mí, de todos modos. Realmente deseo que su dispositivo de castidad llegara pronto. Debería haber pagado por el envío exprés......

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