Qué es el Cunnilingus
Por Cunnilingus se entiende
la práctica de sexo oral donde se chupa, frota, lame o
mordisquea (con grados variables de intensidad, y también pueden ensalivar o
escupir) con la boca, con la lengua y con los labios o
los dientes los labios de la vulva, la entrada de la vagina y
el clítoris.
Así pues, el cunnilingus consiste en
acariciar el sexo femenino con la boca, e incluso practicar una especie de
penetración con la lengua, excitando especialmente la vulva, el clítoris y la
entrada de la vagina. Es una práctica muy apreciada por las mujeres, pero solo
está bien hecha cuando la persona que la realiza se toma su tiempo. Primero,
con caricias manuales para hacer que aumente el deseo y después lamiendo de
forma más o menos intensa con la lengua, succionando… Si está bien realizado,
el cunnilingus puede permitir alcanzar el orgasmo…
Esta práctica sexual reviste dos obstáculos. A algunos
hombres no les gusta la idea de acercar demasiado su rostro al sexo femenino.
Les asusta, se imaginan que tendrá un olor, un sabor que no les gustará. Algo indispensable
antes de una práctica tan íntima, es mantener una higiene perfecta. Una ducha
rápida, para lavar la transpiración y las pérdidas naturales, que en esta zona,
pueden adquirir rápidamente un olor desagradable…
El otro obstáculo es que una mujer puede tener miedo
de que a su pareja no le guste su sexo. Puede que piense que no es algo bello,
o que se sienta incómoda ante la idea de que va a acariciar, besar este lugar. En
el mundo FemDom, sin embargo, es común que al hombre sumiso se le obligue a
realizar esta práctica incluso en circunstancias desagradables para él (sin
higiene previa o durante la menstruación, por ejemplo), a través de las cuales
la Dómina ejerce su poder sobre él.
¿Y qué hacemos con la regla?
Muchos amantes evitan el cunnilingus durante la
menstruación. Es cierto, que ver la sangre puede bloquear, ya que nos hace
pensar en una herida. Sin embargo, la sangre es un líquido extremadamente
limpio y no contra-indica esta práctica… a condición de que los dos miembros de
la pareja sean seronegativos del virus del SIDA. Es importante saber que la
sangre es transportador del virus, por lo que durante la menstruación, el
riesgo de contagio aumenta considerablemente.
Para concluir, dado que se estimula el clítoris
durante el cunnilingus, con tan sólo una ducha, el clítoris quedará
perfectamente limpio, ya que la sangre de la regla se evacua por la vagina. En
cualquier caso, cada pareja es libre de hacer lo que quiera y bien es cierto
que el cunnilingus es claramente menos practicado durante la menstruación.
Para comenzar
El
cunnilingus, esa delicada práctica sexual que puede volverla loca o puede
arruinarlo todo. Muchas mujeres llegan incluso a odiar el sexo oral, por lo
molesto que puede ser si se hace incorrectamente. Saber hacer bien un cunnilingus requiere de
técnica y experiencia.
Primera
regla: “Tranquilo, para el carro”. Ir directamente a la zona en cuestión es
siempre un error. Besos y caricias deben ser el
preliminar por excelencia, iniciando por el cuello y siguiendo
por los pezones, para acabar en la cara interna del muslo. Ella empezará a
excitarse y después tú podrás pasar a la acción, tocando suavemente su vagina y
el clítoris.
Antes de lanzarse directamente en un cunnilingus, hay
que empezar por acariciar manualmente el sexo… Evidentemente, aunque se trata
de un gesto íntimo, es menos íntimo que si se hace con los labios o la boca… La
siguiente etapa es la de besar el sexo. Aunque parezca muy simple, no siempre
resulta fácil. Poner la cabeza entre las piernas de su enamorada, significa no
mirarla directamente a los ojos, perder su mirada y por tanto, pedirle aceptar
un gran grado de intimidad. Lo ideal es un hombre que te diga que tu sexo es
bello, que huele bien y que lo encuentra delicioso. No hay nada mejor, para que
una mujer se vuelva receptiva y consiga abandonarse de una manera natural.
Las zonas sensibles
Es la caricia del clítoris. ¿Cómo? Con los labios que
besan, acarician, mordisquean, con la lengua que acaricia, oprime, suavemente,
con rapidez… haciendo uso de toda la imaginación posible. Lo esencial es saber
que cada mujer tiene su modalidad de estimulación preferida. A algunas les
puede gustar los movimientos muy lentos y marcados, o al contrario, rápidos y
ligeros. Otras pueden apreciar las caricias alrededor del clítoris, si es
hipersensible, o directamente en su glande, zona muy sensual. La gran lección
que los hombres necesitan aprender es que el clítoris suele necesitar más
tiempo que el pene, para alcanzar el orgasmo.
Así pues, el punto más sensible de la anatomía
femenina es, sin duda alguna, el clítoris. No siempre resulta fácil
encontrarlo, ya que se encuentra muy escondido entre los pliegues de los labios
menores. La zona que se encuentra alrededor también puede ser muy sensible: los
labios menores se hinchan con el deseo y son ricos en captadores de placer. También
la zona de la entrada de la vagina es muy sensible a los contactos amorosos,
así como la zona que se encuentra alrededor del ano.
El gesto clásico
Está
excitada. Se nota por la erección de su clítoris y el enrojecimiento de la
zona. Comienza besando y lamiendo la parte más exterior de la vagina,
lentamente y deteniéndote en cada zona, hasta llegar a los labios menores. Todo
de forma suave: ¡La clave de un buen
cunnilingus está en la delicadeza! Ser demasiado agresivo al
principio puede provocarle dolor.
Esto
es lo que pasa especialmente con el clítoris, la zona más sensible de la mujer.
Centrarse solo en el clítoris es también un
error, puede resultarle monótono o incluso molesto. Truco:
Rodea el glande con la lengua puntualmente y sigue lamiendo su vagina. Ni
mucho, ni poco. Porque todo el rato lo mismo, aburre. Varía los movimientos de
tu lengua y ve aumentando progresivamente la presión y la velocidad. Empieza de
un lado a otro, sigue con movimientos circulares y continúa lamiendo de arriba
a abajo y viceversa. Hay también quien utiliza la
técnica de las letras del alfabeto, o sea “dibujar” con la
lengua las letras del alfabeto de la A a la Z.
La
presión y la velocidad deben ir in crescendo, en función de las
señales que ella te muestre. Su lenguaje corporal te lo dirá todo. Dos ejemplos
que muestran que la estás estimulando del modo correcto: que ella arquee la
espalda para que llegues más fácilmente al monte de Venus o que empiece a tener
espasmos musculares,
especialmente en los pies.
Los
dedos acaban siendo el mejor aliado para conseguir hacer un cunnilingus
perfecto. Introdúcelos en la vagina mientras besas y lames su clítoris y ¡voilà!:
orgasmo asegurado. Ahora solo te queda poner todos estos consejos en práctica.
¡Feliz cunnilingus!
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