lunes, 8 de junio de 2015

Manten a tu hombre siempre en castidad.


Como mujer estoy cansada de aquellos que dicen llamarse hombres. Sobre todo de su actitud egoísta. El “macho” que conocemos está acostumbrado a llegar y correrse a su gusto todas las veces que le apetezca. No entienden que también hay otras formas de sexo sin eyacular, ni esperan a que su pareja tenga placer.
Además siempre muestran las dos caras, una cuando están calientes en que son cariñosos, amables,  y cuando están saciados no nos hacen ni caso. Es más. Si no consigue eyacular con su pareja, va y se masturba a placer sin que una pueda ni rechistar. Después cambia su humor y no tiene ganas de nada. Se tumbará en el sofá y descansará hasta que vuelva a ponerse caliente. Entonces volverá a la carga e intentará volver a cazarte para utilizarte o para volver a hacer sus manualidades caso que no quieras o no estés por los alrededores. Naturalmente, imagino que ya estás más que harta de esa manera de comportarse de tu pareja.
Conclusión: he aprendido que si controlas la sexualidad de tu “macho” lo harás tuyo y bailará a tu ritmo. He aprendido que si consigues que no se toque su cosita, y le niegas su orgasmo, estará detrás de ti. Enséñale que solo se toque cuando a ti te apetezca.
Enséñale el juego de la castidad sin más. Encarcelar el pene de tu “macho” es una opción, no imprescindible, pero en algunos casos de masturbadores compulsivos puede ayudar, así ya no tendrás que ver mas su pene hinchado buscando donde descargar su semen.
En la castidad ya no se pondrá duro cuando él quiera. Verás como está por ti. Y con el tiempo suficiente estará ardiente de deseo. ¿A qué es un sueño inimaginable? Pues créeme que es posible

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