martes, 9 de junio de 2015

La práctica sexual de la castidad masculina

La castidad masculina es una de las prácticas sexuales que cada vez más parejas usan en sus relaciones.
Aunque parezca una contradicción en está, el hombre pronto aprendre a aceptar a tener relaciones sin eyacular y con el tiempo va a disfrutar muy intensamente.
La práctica de la castidad, entendida como negación del orgasmo, es decir, ausencia de eyaculación pasa por diferentes etapas a lo largo del tiempo. Evoluciona y la pareja realiza un aprendizaje sobre lo que le gusta.
Generalmente cuando se empieza con la castidad, se suele utilizar la denegación del orgasmo como algo caprichoso, esporádico y baladí. Con este pensamiento al principio no se le da la importancia debida ya que pensamos que es un juego caprichoso. Pero el tiempo pone las cosas en su sitio y cuando la mujer realmente empieza a tomarse en serio que el hombre no debe decidir sus eyaculaciones y que debe de hacer lo que se le diga en relación a este tema, es cuando hablamos de castidad masculina forzada en sus primeros estadios, la mujer utiliza la denegación del orgasmo como arma arrojadiza en contra de su hombre, es decir, que se lo deniega a modo de castigo por faltas cometidas…. Tengo que decir a este respecto que también se hace porque es un recurso fácil y que no requiere de nosotras ninguna preparación ni tener que empuñar el látigo ni ningún instrumento para un castigo… pero eso debe cambiar de manera radical. Sin necesidad de empuñar una fusta, utiliza tus artes de mujer y hazle saber, de manera inequívoca que no estás de broma ni estás jugando. Para nosotras su actitud que cada vez será más complaciente y decidida a entregarse y dedicarse a darnos placer hace que con frecuencia nos abandonemos a disfrutar de ese placer que con tanta devoción nos proporcionan…. Cuando nuestra relación llega a este punto,… tenemos muy claro por las muchas experiencias vividas como es el comportamiento de nuestro hombre con relación a las atenciones que nos dispensa, en los momentos en los que está en castidad y en los casos en los que está servido. Es precisamente este aspecto (la falta de motivación del hombre en los momentos o días posteriores a la eyaculación) lo que nos motiva a dejarle en castidad por más tiempo.
Son tantos los beneficios que, para nosotras, tiene el mantener a nuestro hombre en este estado permanente de excitación, que difícilmente podemos ignorar ni abandonar esta práctica de la castidad. Con el tiempo suficiente nos ofrecerá atenciones diarias y constantes hacia nosotras, y realizará tareas sugeridas no ordenadas con verdadera devoción.
El realizará con verdadera pasión las cosas que nos haga, con todo lo importante que este aspecto es en nuestra relación. Está siempre dispuesto para darnos placer en el momento en que así lo decidamos y se lo pedímos, sin exigirnos nada a cambio. Por lo tanto, si en el lado contrario nos encontramos con la falta de excitación, de atenciones y de disposición, ya me diréis cual es la opción mas frecuente por la que cualquier mujer que prueba esto de la castidad forzada opta… es evidente no? Por eso la castidad, es algo innegociable y que irremediablemente el hombre tendrá que aprender a apreciar y aceptar como hecho necesario para una relación sana. Esto es tan cierto como que si no la aplicáis de forma espontánea, será vuestro hombre quien puede que os la suplique,…. Aunque este ultimo punto no creo que se de en muchos casos, ya que vais a ser vosotras la que la apliquéis para vuestro deleite y no la del hombre. La consecuencia final, si se empieza a perder la sensación de excitación del hombre por la posible monotonía, será que aplicareis la castidad de un modo más estricto. Dictando al hombre como y cuando debe hacerlo. Él debe escuchar la orden directa de sus obligaciones y saber lo que le espera. No debes bajar la guardia en ningún momento.

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